Chulipandia

Lo que hace a Chulipandia diferente de las otras ciudades es que en vez de aire tiene muchas chucherías. Los caramelos cubren completamente las calles, las habitaciones están repletas de paquetes de gusanitos, sobre las escaleras se posa el chocolate derretido y caliente. Encima de los tejados hay muchas guindas gigantes.

Si los habitantes pueden andar por la ciudad, sin comer ningún dulce, no lo sabemos. Pero estamos seguros de que los dentistas son ricos. Les conviene quedarse quietos y tendidos, porque de lo gordos que están no se pueden mover. Las casas están decoradas con palos de regaliz. Hay quien dice que empezaron a caer del cielo así sin más. De noche, pegando el oído al suelo, se escuchan los gritos de los niños que han muerto por la obesidad.