En épocas muy remotas vivía en una lóbrega casa de Córdoba un viejo y avaro judío, cuya única preocupación durante su vida había consistido en reunir toda clase de objetos preciosos y una gran cantidad de monedas de oro. Deseoso de almacenar una cuantiosa fortuna, vivía miserablemente y no desperdiciaba ocasión de hacer usura a costa de los necesitados.
Tenía la casa un sótano oscuro y profundo, en cuyo interior guardaba celosamente de todas las miradas su cuantiosa fortuna, de la cual sólo tenía noticia su única hija, una doncella hermosísima, que con alguna frecuencia solía entrar en el sótano siguiendo órdenes paternas.
Cuenta la leyenda que una noche en que el judío quería llevar al sótano en secreto un pequeño tesoro recién conseguido, mandó a su hija que lo bajara. La obediente doncella encendió una vela y con el tesoro en la mano bajó las oscuras y empinadas escaleras, hasta llegar a lo más profundo del sótano. Se disponía ya a subir cuando sonaron las campanadas de las doce. De repente, y ante la mirada atónita del judío y el terror de la doncella, se apagó la vela y se cerró la entrada de la cueva.
Entonces ya no podía volver a salir hasta las doce del mediodía del día siguiente. La chica se quedó asustada pensando en qué iba a hacer ahora. No se le ocurrió nada, nada más que quedarse a esperar a que llegase el día siguiente. El padre de la chica al escuchar que la puerta del sótano se había cerrado,bajó inmediatamente para que su hija no le robase ninguna joya,es decir,se preocupaba más por las joyas que por su hija, y la pobre doncella lo que quería hacer era bajar el tesoro de su padre al sótano. Su padre tras la puerta del sótano se puso a escuchar qué es lo que estaba haciendo su hija. El padre alzó su voz y le dijo:
-¿Qué estas haciendo ahí tanto tiempo?
La pobre doncella le contestó asustada:
-Papá se me ha cerrado la puerta y no la puedo abrir.
El padre le dijo que no se preocupara y que esperara al día siguiente a ver qué es lo que pasaba. La niña triste y asustada se quedo toda la noche en el sótano a oscuras sin saber qué es lo que le podía suceder. Ella escuchó el chillido de una persona, ella asustada se escondió tras las cajas de los tesoros del padre, al ver una sombra reflejada en la pared dio un enorme grito. El padre volvió a a subir y le dijo:
¿Que es lo que sucede por ahí?
Papá he oído un grito y en la pared se ha reflejado una sombra.
La chica muy asustada le respondió
El padre le contestó.
-No te preocupes espera a mañana.
Entonces la niña tras las palabras del padre puedo coger el sueño. Y a las doce del día siguiente se abrieron las puertas, salió corriendo y le dio un enorme beso y abrazo a su padre. Ella le dijo a su padre que no volvería a subir al sótano. Y así es como acaba esta historia.
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