jueves, 19 de marzo de 2009
La dama del parque.
Esta tarde me enfadé con mi madre, así que me fui a dar una vuelta.
Pasé por el parque y se me ocurrió sentarme en un banco, me puse a llorar de la rabia y de la impotencia. Giré la cara y me sobresalté porque vi a una mujer, estaba vestida de naranja como una mandarina, pero ella no se molestó en mirarme, simplemente se dedicaba a mirar al frente, con cara afligida; ya estaba haciéndose tarde, pues me quedé embobado con la mujer
Cuando me iba a ir, pasé por su lado, y me puse a hacer gestos, pero ella tampoco me giró la cara, aunque se puso a llorar, le dije:
- No llores.
Aunque no quería decírselo, me salió solo. Y me tapé la boca, ya inútilmente, pues ya se lo había dicho.
Me apeteció tocarle el pelo, porque desde lejos parecía algodón; cuando me acerqué vi que en la mano tenía unos pétalos. Un viento suave sopló, y se le cayó un pétalo, se cayó a mis pies, así que lo cogí, cuando fui a entregárselo, ella hizo un gesto con la mano para que esperara, y un suave soplo salió de su boca, y los pétalos se dispersaron por el aire, pero ninguno cayó al suelo, sino que explotaron en el aire haciendo unos fuegos artificiales, o al menos eso me parecía a mí.
La mujer me miró y susurró algo, no me enteré y le pregunté:
-¿Qué? - Pero ella desapareció y se escuchó un eco.
-Guárdalo, por favor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Me encanta es el mejor relato de verdad es muy romantico, te quiero.
xaoooo!
Mayte me ha gustado muchisimo lo mde los petalo pero lo demas no lo he entendido
Xaitoooooooo
Macarena
Mayte soi una fanatica de las cosas que escribes, este relato me ha parecido muy lindo y romantico, me ha encantado y la imagen es preciosa cuando la hisiste te quedó perfecta. Besos Almu.
Publicar un comentario