lunes, 27 de abril de 2009

El gato con botas: El secuestro de la princesa

Al cabo de los años el marqués y la princesa eran más felices. Un día el marqués tuvo que ir a la ciudad , lo atracaron por el camino y le quitaron la ropa. El marqués, para esconderse, se metió en una cabaña abandonada y esperó a que llegara alguien que le pudiera dejar ropa. De repente vio llegar a su gato que tantas veces lo había salvado y se puso a llamarlo. Cuando el gato se dio cuenta fue corriendo al castillo, para llevarle ropa.

Mientras tanto la princesa salió a dar una vuelta, cuando llegó al final del bosque escuchó unos ruidos y se escondió tras unos árboles, pero no le sirvió de nada, de repente aparecieron unos ladrones y se la llevaron a la fuerza.

Cuando el marqués llegó a su casa fue en seguida a buscar a su esposa para contarle lo que había pasado y los sirvientes le dijeron que había ido a dar una vuelta. Cuando llegó la noche el marqués y todos los miembros del palacio empezaron a preocuparse por que la princesa no volvía, y decidieron salir a buscarla. Pasaron toda la noche buscando, pero no la encontraron. Pasaron los días, pasaron las noches, y la princesa no aparecía.

- Tenemos que buscar a la princesa, y quien la encuentre tendrá una buena recompensa -dijo él.

Un día por casualidad pasó un humilde hombre en su carro vendiendo frutas por el bosque, una de sus primeras paradas fue la casa de los ladrones, que estaba en medio del bosque, cuando llamó a la puerta escuchó un ruido de alguien que estaba gritando, pero como no le compraron nada pues no pudo entrar en la casa para ver quien era y que pasaba. El hombre fue diciéndolo por todo el pueblo, hasta que llegó a oídos del marqués, este decidió ir a mirar a la casa por si acaso habían visto algo, cuando llegó llamó a la puerta, pero nadie le abría. Al día siguiente volvió a la casa, y volvió a llamar a la puerta, pero tampoco le abrió nadie, el marqués empezó a pensar que el mercader no decía la verdad y que todo había sido un engaño, pero esa suposición duro poco. un día el gato estaba paseando por el bosque y vio la casa donde su amo había estado tantas veces y nunca le había abierto, el gato se intrigó tanto que se le ocurrió que podía entrar en la casa sin que nadie se diese cuenta para ver si había o no alguien dentro. Al cabo de un rato el gato entró sin ninguna complicación por la chimenea y fue buscando habitación por habitación hasta que llegó a la cocina y descubrió una especie de trampilla bajo la ventana, ahora solo tenía que encontrar cómo abrirla, eso tampoco le costó mucho trabajo cuando entró por fin en la trampilla descubrió en su interior a la princesa atada y el gato, escandalizado, la desató con rapidez y la llevó al castillo. Al cabo del tiempo los que habían raptado a la princesa fueron colgados y la princesa y el marqués fueron muy felices.



1 comentario:

Anónimo dijo...

hola!!!!! marta, soy marta jurado de 1ª, me ha gustado muxo y sobretoda la foto