jueves, 3 de diciembre de 2009

La maleta de la vida

Que qué hacía yo allí os preguntareis, bien, pues resulta que mi hermano mayor, Juan, planeó ir de excursión a un lugar. ¿Y a qué lugar se le ocurrió ir? A un lago con una gran cascada. Como nosotros éramos una familia normal y no con mucho dinero pues mis padres aceptaron la idea. Cuando ya estábamos allí apareció por allí el chico que me gusta y mi hermano empezó a dejarme en vergüenza diciéndole cosas. Yo, entre la espada y la pared, me tiré al agua y se me olvidó que no sabía nadar. El único remedio que tenía era ir como pudiera y esconderme detrás de la cascada. Para mi bien, el agua allí solo cubría unos centímetros más arriba del ombligo, fue muy fácil, la verdad. Una vez dentro de la cascada me encontré una maleta. La abrí y encontré todas estas cosas:
1º Un libro con una portada muy llamativa y con rubíes.
2º Un mando con un botón en rojo.
3º Una bolsa blanca transparente con unas migajas de pan.
4º Un traje elástico ajustado.
5º Un huevo parecido al de los dinosaurios.

Lo que más me llamó la atención fue el huevo de dinosaurio, lo cogí y noté que se empezó a mover, por un momento llegué a pensar que la cascada se derrumbaba, de repente apareció un hada que, cuando le di de comer las migajas de pan, se transformó en mi doble. Yo me pellizqué pensando que todo era uno de los sueños tan raro que solía tener, pero no, no lo era y lo único que conseguí con los pellizcos fue dejarme la cara morada. Mi doble empezó presentándose:
-Hola, me llamo Zoe y soy tu doble, vengo de un mundo que se encuentra al pasar por esta pared de la cascada, evidentemente está muy bien oculta y gracias a esta cascada nadie conoce nuestra existencia, hasta el día de hoy que tu ya sabes este secretito. Mira, necesitamos tu ayuda ya que nuestro mundo está en peligro y solo una mortal de este mundo nos puede ayudar, pero no una mortal cualquiera, no, necesitamos a la nieta de una “elmot” cuya sangre haya sido mezclada con sangre humana. (Los elmot son seres mitad ninfa mitad lobo).
Yo puse una cara muy rara y no me hizo falta ni preguntar lo que todos esperáis que pregunte. Ella
misma me lo contestó.

Sí, tu abuela era una “elmot” y se casó con tu abuelo, un mortal, entonces mezcló en su sangre la sangre de los “elmot” con la humana y de esa mezcla salio tu padre, mitad humano mitad “elmot”. Tu abuela era muy astuta y no dijo nada para no poner en peligro su mundo que es el mío. Y ahora los “trimplos” están destruyendo nuestro mundo. Los “trimplos” son unos seres muy atractivos y bellos, pero tienen un corazón gris, con malas intenciones, si un “elmot”, un hada o un doble se relaciona con ellos una parte de nuestro mundo se destruye y, claro, casi todos los seres mágicos que he nombrado antes no pueden resistirse a sus encantos y de lo grande que era nuestro mundo, igual de grande que el universo, ahora tiene el tamaño de una pequeña isla.

Yo le pregunté cómo le ayudaría y ella me dijo:

-Tú eres una “mosclintin” aun conservas algo del poder de tu abuela.

Y antes de que pudiera decir algo tenía puesto el traje elástico y me encontraba recitando unas palabras mágicas de aquel libro tan llamativo. Después de decirlas, pulsé el botón rojo de aquel mando, de repente en la pared se abrió un gran agujero que me condujo a un mundo lleno de colores en el que las flores daban la bienvenida a la gente, donde había un árbol gigante que servía helados, donde todo olía a pastel y donde sobre todo jamás de los jamases la gente perdía el lado infantil que todos tenemos. En ese momento me di cuenta de que cuando nos hacemos grandes dejamos de preocuparnos por divertirnos, aunque solo sea un rato; dejamos de pasar cinco minutos riendo con la familia y los amigos y de que ni siquiera nos paramos a divisar lo bonita que puede llegar a ser la naturaleza. El solo hecho de ver a un niño nacer, reír, disfrutar, eso si que era mágico pero no nos parábamos a pensarlo porque estábamos demasiados ocupados con el coche, la hipoteca, el trabajo... allí la gente era feliz, no tenía prisas el tiempo pasaba lentamente, los ancianos comían dulces sin miedo a estropear su dentadura nueva. Me di cuenta en aquel mundo de lo bonita que era la vida, lo bonito que era mi mundo. Vida solo hay una, si no la aprovechas se te pasará. No busques excusas, pensé y en ese momento Zoe me miró y me dijo estas palabras:

-El rubí mas grande que hay en tu libro es lo más poderoso, es lo más bonito, ten cuidado, disfrútalo, mímalo y cuídalo mucho, pero sobre todo ten mucho cuidado con él, es muy frágil.

En ese momento sentí algo caliente en mi cara. ¿Qué sucedía? Abrí los ojos y me desperté. ¿Dónde estaba? Olía a limpio, todo era blanco y había mucha gente mirándome mientras decían: Es un milagro. Se acercó a mí un ser extraño de voz grave al que ellos llamabandico y dirigiéndose a mí me dijo:

- Ha tenido usted suerte, es una afortunada.

Yo pregunté qué pasaba y el médico me contó que había tenido un accidente, me había golpeado la cabeza y había quedado en coma, las posibilidades de que pudiera seguir viviendo eran pocas, pero sin embargo sobreviví. En ese momento me di cuenta de lo bonita que es la vida y de que tal y como dios te la da, te la puede quitar un error y de que el rubí del que se hablaba en mi sueño era ni mas ni menos que la vida:
-Cuídala, mímala y disfrútala, pero sobre todo ten mucho cuidado con ella es muy frágil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy largo pero espero que os guste. Besos, Almu.

Anónimo dijo...

Almudena siento decirte que tu relato es muy largo y no lo he leido pero te prometo que lo leere y gracias por tu comentario

J.Carlos Maya